Nuestros Cuidadores

Tengo 58 años y llevo 11 meses viviendo y trabajando en Irlanda. Si tuviera que resumir mi experiencia en una frase, sería: estoy viviendo una experiencia preciosa.

A pesar de que me había formado y estudiado, en España es muy complicado encontrar trabajo a determinada edad. Estaba realmente desanimada porque mis esfuerzos no daban frutos. 

Trabajé durante muchos años en el sector inmobiliario y me gustaba mucho pero el trabajo era precario, medias jornadas y sueldos mínimos que no llegan para vivir. En una ocasión fui administradora de una entidad benéfica para personas sin hogar y me pareció fascinante que tu trabajo consista en ayudar a los demás, y ahí decidí cambiar de sector. 

Mis hijos son mayores, así que no descartaba trasladarme a otro país a trabajar. Y vi el anuncio de ALHomecare. Me sorprendió mucho la seriedad de la empresa, la claridad de las condiciones de trabajo,…algo a lo que yo no estaba acostumbrada.

No echo de menos a mi familia ni a mis amigos porque hablo con ellos cuando quiero, y además he ido con cierta frecuencia a casa. De Dublín a Santiago de Compostela son dos horas de vuelo. 

Estoy entusiasmada porque además de sentirme valorada y bien pagada en mi trabajo, estoy conociendo Irlanda y mejorando mi inglés.  Me encanta el país. 

Quizás para mí lo más desafiante es vivir en la casa de otra persona, tu lugar de trabajo es el mismo que tu casa, y eso tiene su parte buena y no tan buena. Me costó al principio, pero ahora me siento muy bien viviendo con mi clienta en su casa. 

Mi trabajo en concreto también es complicado a veces, mi clienta padece demencia, no es una enfermedad nada fácil de manejar, y después de once meses noto el avance y me afecta emocionalmente porque nos tenemos cariño, además de que su cuidado se ha vuelto más difícil. 

Lo que más me gusta de este trabajo es que consiste hacer la vida de alguien mucho más agradable, digna e incluso feliz, a pesar de su enfermedad. Mi clienta es muy agradecida e incluso me dice que soy su mejor amiga y que está encantada de que esté con ella. Para mí es importante sentirme valorada y bien pagada. 

Si hay alguien que esté planteándose venir a Irlanda, le diría que lo intente. Yo vine muy asustada y resultó ser una de las mejores decisiones y una aventura preciosa.

Yo soy de Venezuela, pero viví en España durante 4 años. Antes de venir a Irlanda, trabajaba para una ETT en España como administrativa, por lo que no era un trabajo fijo. Llevaba meses sin un trabajo estable.

Decidí trabajar como cuidadora interna con ALHomecare porque ya tenía experiencia como cuidadora en España con tres familias diferentes. Una de las razones por las que me gusta este trabajo es porque tengo la oportunidad de conectar, ayudar y entender a las personas mayores. Elegí esta empresa porque tenía buenas referencias en su página y en las entrevistas me transmitieron mucha confianza.

El mayor reto al que me enfrenté cuando vine fue llegar a un país del que no conocía a nadie, que nunca había visitado y con un idioma distinto a mi lengua materna, cabe destacar que mi inglés no es muy bueno jaja. Pero creo que he sabido afrontar esta situación adaptándome, saliendo en mis días libres, ya que poco a poco mi inglés ha ido mejorando.

Elegí este trabajo porque me ha dado la oportunidad de conocer a personas mayores maravillosas, con vidas diferentes, aquí he podido aprender a entender y comprender a estas personas, es un trabajo que requiere de mucha paciencia y comprensión. 

Mi consejo para aquellas personas que quieran trabajar como cuidadores con ALHomecare es que hagan su trabajo con amor, con actitud positiva, dando siempre lo mejor de sí, recuerden que estamos trabajando con adultos y requieren de mucho amor, atención y dedicación. Yo en lo personal me siento agradecida con ALHomecare, es una empresa que cuida a sus cuidadores, es una empresa segura, confiable y honesta.

Mi nombre es José y durante muchos años trabajé como especialista fiscal para una empresa en Venezuela. En 2016 me mudé a Madrid, España, donde me convertí en cuidador hasta 2023, cuando decidí volver a intentarlo en una oficina. Empecé a trabajar en una firma de contabilidad, donde no duré mucho. Tras dejar mi trabajo en el sector financiero en Madrid, admití que ya no era lo mío y que lo que más me gustaba era cuidar y ayudar a personas mayores. En este sentido, decidí convertirme en cuidador interno con ALHomecare. Desde la primera entrevista hasta la firma del contrato y mi viaje a Irlanda, recibí apoyo, orientación y una mano amiga cuando la necesité. Nunca me arrepentiré de haber tomado esta decisión. Es, sin duda, un cambio de estilo de vida para mejor.

Uno de los mayores retos a los que me he enfrentado en Irlanda ha sido el idioma. Tenía confianza en mi inglés hasta que conocí a mi cliente. No entendía ni una palabra de lo que decía, hasta el punto de pensar que me hablaba en otro idioma. Afortunadamente, era solo cuestión de tiempo. Ahora podemos comunicarnos bastante bien. Ha sido una gran oportunidad para mí el seguir aprendiendo el idioma.

Lo que más me gusta de mi trabajo son ¡Los resultados! Ver la forma en que las personas mayores expresan su agradecimiento por la atención que les doy no tiene precio, como una cálida sonrisa, su tranquilidad y verlos sentirse seguros y cómodos. Sin duda, es la forma más sincera de agradecimiento por mi trabajo que he recibido.

Como consejo para alguien que quisiera venir a trabajar a Irlanda con ALHomecare, yo le diría que esté abierto a vivir nuevas experiencias buenas. También puedo decir que, además de la cualificación técnica y la experiencia requerida para el puesto, es muy importante llevar amor y felicidad a las personas mayores. Sea cual sea la tarea que tengas que desempeñar, hazla con todo tu corazón. De esta manera el éxito estará asegurado.